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Con un Pelotón de Soldados...

CON UN PELOTÓN DE SOLDADOS COSMITO VILLARROEL TOMÓ A JUANGRIEGO

Noviembre, 1973.
El músico y compositor era entonces Sargento de la Guardia Nacional y fue el encargado --hace 25 años-- de detener al Gobernador de Nueva Esparta, Guillermo Salazar Meneses.
Al único que encontró en su puesto fue a un policía que había mandado con todos los gobiernos desde Castro.
-Pero no encontramos resistencia de ninguna clase –es lo primero que dice ahora Cosmito Villarroel, al recordar su participación, hace veinticinco años, en los hechos que sucedieron a la caída de Rómulo Gallegos.
Porque Cosmito Villarroel –para entonces sargento (en disponibilidad) de la G.N., y ahora, como siempre, versista y músico de toda una vida (fue jefe militar y civil de Juangriego por veinticuatro horas y debió cumplir aquel día una difícil y comprometedora misión: la de detener al Gobernador de Nueva Esparta, Guillermo Salazar Meneses (él es mi amigo y el mejor testigo de que se le dispensó el trato más respetuoso) y la de aplacar, con veinte infantes de marina, cualquier brote de resistencia en Juangriego. El capitán Dimas Paulini Guevara fue nombrado aquel día Gobernador.
-“Viéndolo bien –y Cosme Villarroel, el hijo de Antena la del Norte, reconstruye ahora los hechos- exageramos las fuerzas del enemigo. En la policía al único que encontramos fue a Fabián, un agente que sirvió desde cuando Castro y lo primero que me advirtió fue que su único partido de siempre era el gobierno…”
Entre amigos y “palos”, bajo la frondosidad de una mata de mango briteño, en la granja “Guaitoroco”, de Rivero Rojas, este Cosme, el Norteño –con una chorrera de años y de hijos, acá en “la tierra del maní”, como él gusta hablar de las sabanas de Guanipa- recuerda que eran muchos los que estaban avisados de que “se avecinaba algo”, y eso –ni más ni menos- fue que ocurrió el 24 de noviembre de 1948.
-Por supuesto, que muy pocos imaginaban lo que vendría después, y que ya es demasiado conocido para volver a contarlo! –suelta cortante y prefiere hablar de sus muchas otras aventuras.
Porque si a ver vamos, la de éste Cosmito –bembón, retaquito, y orejón “soy primo de Prieto, pero nací jovitero”, es el comentario que hace ante la referencia- las ha vivido todas. De artista de Circo Internacional (“Hasta Santo Domingo, fui, y allá me casé y me divorcié de mi primero esposa) a sargento especializado en fusilería y ametralladora. Guachimán en el portón de la MGO en San tomé –en el 50, cuando se vino de Margarita –hasta músico en todas partes y quien sabe que otras cosas más. “Artista nunca he dejado de serlo, mi vida es esto –y muestra su cuatro fabricado por ‘Vicente Rojas’ –y es también Vicente, y son mis hijos y es Antera, la que vive allá en el Norte, en la calle de Toporo, una gran madre para un hombre chiquirritico así como es este servidor de ustedes”, repite entre versos viejas canciones y el recuerdo inmenso, chistoso, humorístico, que lo presenta como una viva estampa –todavía no en estampilla –de su isla margariteña.


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